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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Los nuevos dignatarios de Acción Comunal deben impulsar un claro estilo de trabajo para recibir apoyo barrial

Por Migdonio Dediego Moreno

Comunalmente hablando, los barrios a partir del primero de julio de 2016, deben salir de la rutina arcaica mediante un nuevo estilo de trabajo que sea dinámico, eficiente y progresista para mejorar las condiciones de vida en los sectores urbanos y rurales del ente territorial municipal, en donde se debe laborar con lealtad y compromiso, haciendo gestiones plausibles para el bien común.
A los barrios, corregimientos y veredas de Buga, es imperativo darles las mejores motivaciones con un liderazgo que haga sonreír, avanzando con paso firme para unificar las voluntades y criterios a fin de emprender la ruta promisoria que le permita resultados positivos a la Acción Comunal y, al final, agradables beneficios para las comunidades humanas del sector territorial.  Se debe desterrar la pereza mental que algunos aplican para frenar y cerrar el camino de la redención social y las obras que se deben gestionar y ejecutar.
Con inteligencia y sana vocación de servicio, es posible lograr las soluciones requeridas a fin de aliviar las afectaciones que padecen nuestros barrios, corregimientos y veredas municipales, en donde no se debe dejar morir la esperanza ni las oportunidades para cimentar los valores que protejan los derechos y anhelos de bienestar de nuestros conciudadanos para gozar de una vida digna.
Unas comunidades humanas barriales sin dinámicos dignatarios, se asemejan a una empresa sin gerente.  Las comunidades deben asemejarse a un navío en altamar, en el cual todos los tripulantes deben remar y ayudar a mantener la dirección del timón para poder llevar el barco a puerto seguro, logrando así los anhelos del bien común.
Es necesario actuar mancomunadamente para restablecer los derechos y valores esenciales de los sectores territoriales donde vivimos, soñamos y descansamos, o donde tenemos algún negocio o afecto en particular, a fin de no permanecer como si fuéramos un carro sin gasolina; por esto, se debe trabajar unidos, buscando el progreso y el bienestar de las comunidades que requieren sonreír y vivir mejor, abrazando los senderos de la paz con atinada libertad.
El presente comunitario necesita hombres y mujeres dinámicos para hacer florecer los anhelos colectivos, mediante soluciones ciertas, avaladas por la voluntad política y administrativa de los mandatarios atinentes a los tres niveles jerárquicos de los entes territoriales de Colombia.
Ante los esfuerzos y trabajos políticos del ayer, se requieren actos de reciprocidad en pro de las humanas y barriales comunidades, las cuales siguen pendientes para recibir hechos positivos de emprendimiento que produzcan confianza, credibilidad y animación en beneficio del desarrollo y progreso que no se debe marchitar.  Dios está con todos los nuevos dignatarios comunales, no lo dejen distanciar; Dios es luz, bondad y esperanza cierta para alcanzar bienestar y paz.