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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Vamos a la Casa de Justicia de Buga

Por Migdonio Dediego Moreno
Ex – Concejal de Buga – Valle

Con plena confianza se puede acudir a la Casa de Justicia de Buga, a fin de beneficiarse de los servicios que allá se prestan en pro de la resolución de conflictos en equidad, para lograr acuerdos interpartes que permitan para el disfrute de una vida sana en familias y comunidades vecinales, urbanas y rurales, para forjar la paz que todos anhelamos.
Se trata de un centro institucional bien dotado con profesionales y otros debidamente capacitados para atender y ayudar a resolver las inquietudes y conflictos presentados por la ciudadanía.  La Casa de Justicia está situada en la calle 30 con careras 13 y 14 de Buga, lugar a donde deben acudir los ciudadanos para presentar sus requerimientos y así poder recibir el apoyo que sea menester en pro de la solución del conflicto imperante.  La Casa de Justicia es una institución que sirve como fuente propicia para llegar a acuerdos mediante la conciliación, a fin de darle solución a muchos casos mediante una clara visión y misión para proteger y restablecer los derechos ciudadanos en la convivencia vecinal y familiar, lo cual prolonga el orden de la existencia humana para vivir mejor.
En la Casa de Justicia de Buga se cumplen unos objetivos y una misión social y humana muy solidaria, encaminada a ampliar la cobertura de la Administración de Justicia, ofreciéndole a la ciudadanía y comunidades de Buga espacios integrales de acción para la defensa de sus derechos.  A la Casa de Justicia, a través de sus funcionarios, le corresponde establecer espacios de participación y pedagogía ciudadana para contribuir a la construcción de una sana convivencia, haciendo buen uso de los mecanismos alternativos de solución de conflictos en equidad mediante la conciliación; además, se articulan las políticas de justicia con los programas de desarrollo comunitario, a fin de lograr el bienestar social y común de los habitantes de nuestro ente territorial.
Mediante figuras no formales, se interactúa con las comunidades para promover un enfoque institucional que permita ampliar  la oferta de justicia para movilizar la convivencia pacífica que conlleve a la solución de conflictos y desacuerdos intrafamiliares y vecinales para que las diferencias no trasciendan a los Estrados Judiciales.
Por este medio se le extiende cordial invitación a la gente de Buga en general, para que vayan a la Casa de Justicia, a fin de que puedan recibir allá una atención amable que permitirá resolver sus inquietudes y problemas.  Ahora se goza de los servicios externos de Javier Felipe Arce, William Castrillón, Jairo Narváez y Migdonio Dediego Moreno, quienes difunden la gestión funcional.

La Región Guajira sufre la iniquidad forjada por laindiferencia estatal

En recursos naturales, la Región Guajira es tan rica, tal como lo es el conjunto territorial colombiano; país nuestro que es mil veces más rico que Europa; pero, en diversas regiones de nuestra nacionalidad se vive al estilo los “los ricos pobres” y sumidos en el marco de la desigualdad social emitida por la ilógica deshumanización, la insolidaridad, la indiferencia y la desatención emanada de parte de los obnubilados dirigentes de los entes territoriales, quienes han venido manejando muy mal el liderazgo, lo cual no les permite avizorar los canales ni las rutas promisorias para proteger y alinderar las áreas que sirvan para oxigenar el bien común en beneficio de la prosperidad de los pueblos que se hallan abrazados por las indolentes omisiones del Estado que ostenta a algunos parlamentarios que no se preocupan, a cabalidad, por la región que los vio nacer y les dio algo de formación, a fin de no caer en el océano de la ingratitud.
¿Será por la condición étnica o por desprecio a los débiles de la Región Guajira, que no se les tiene en debida cuenta para darle solución a los problemas y necesidades territoriales?; ¿por qué no se les ha prestado la debida atención?. En la Guajira hay niños que sufren el flagelo de la deshumanizada desigualdad social, la cual conlleva a que esos niños estén desnutridos y se estén muriendo por inanición prodigada por una supina desconsideración estatal; son humanos desatendidos por la solidaridad que deberían recibir de parte de quienes gobiernan y dirigen los diversos entes territoriales de Colombia; un país noble y colmado de amplias fuentes de riquezas naturales, muy propicias para renovar y aquilatar el bienestar de la población Guajira, hoy acorralada y sin garantías reales para subsistir, llevando una vida digna, en medio de la flagrante iniquidad.
Hambre y sed invaden dicha población, cuyos clamores humanos siguen sin ser escuchados y atendidos por los cerebros inteligentes que dirigen al Estado colombiano.  Por televisión se ha observado el estado de ruina que expresa el territorio guajiro, lugar en donde no se ve una vivienda digna con agua potable, alcantarillado y condiciones de vida ejemplar y saludable; sólo se observa un rancherío en áreas desérticas que producen estados de grima.
¿Cuándo será construida una PTAR en la Región Guajira?; ¿cuándo habrá alimentación balanceada y nutritiva para proteger las células del pueblo guajiro?; ¿cuándo los guajiros recibirán la debida atención para educarse y capacitarse en pro del adecuado desarrollo de su región?, ¿en dónde ha estado el grupo de representantes y senadores guajiros del Congreso Nacional?; ¿por qué no se le ha buscado rápidas soluciones concretas al flagelo social que vive la Guajira colombiana?... se esperan soluciones.