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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

El origen de los males que sufre la sociedad

Por: Migdonio Dediego Moreno

Desafortunadamente los males que hoy sufre nuestra humana sociedad están enclavados en el desequilibrio emanado del núcleo fundamental, cual es la familia, perturbada por lo menos en un 70% debido a la irresponsabilidad construida por diversos padres y madres de familias que han dejado crecer a sus hijos sin una debida orientación en valores éticos y principios para disfrutar de una vida digna.
Hay padres biológicos holgazanes, quienes han engendrado al “Muñeco”; luego alzan el vuelo sin darle el merecido apellido para su identificación individual; por esto, el niño crece en un marco de desadaptación social sin rumbo ni futuro y podrá terminar atentando contra el derecho ajeno y contra las humanas vidas o colocando su propia vida en holocausto.
En Colombia el desajuste que padece el ser humano es consecuencia legítima, en cierta medida, por la subvaloración que desde la cuna le damos al ser vivo; nuestra cultura valora más al tener y la infraestructura; así, muchos niños y jóvenes crecen sin la debida acreditación y fortaleza para su fiel desempeño en la vida social.  Muchos deambulan sin herramientas valederas en formación académica, artes, oficios, profesiones, lúdicas, ni culturales para su cabal desarrollo y efectiva integración al colectivo de la vida social.
Con actitudes y decisiones nobles debemos luchar para evitar que el ser humano se convierta en infeliz y despreciado por sus progenitores y el Estado, que en ocasiones lo convierten en persona débil y mediocre para atacar a sus homólogos sociales, sin interesarle las consecuencias derivadas de su mal proceder.
Es necesario, mediante una ley, ejercer funciones gubernamentales y fundamentales para que los alcaldes municipales de Colombia puedan emplear a instructores profesionales, que en asocio de las Juntas Comunales, le dicten conferencias y métodos formativos que capaciten a padres de familias que estén criando hijos; igualmente, también darle formación a los jóvenes que tienen novias con propósitos de constituir empresa-hogar y acreditar la familia.
Amigos, padres y madres de familia, ustedes, antes que culpar a Dios y a los alcaldes por las irregularidades cometidas por ustedes mismos en contra de los hijos que crecen sin la debida formación y orientación para convertirse en buenos ciudadanos, por favor, “eduquen al niño para no castigar al adulto”.  A los niños debemos ofrecerles y darles condiciones óptimas para su verdadero desarrollo, con principios y valores de buena formación para que mañana no atenten contra el derecho ni la vida ajena.
Forjemos la vida del ser humano, para que este no se derrita en los canales de la adversidad social y la indiferencia injusta.

Nadie se afana para hallar la etiología de los males que sufre la sociedad

Por Migdonio Dediego Moreno

En Buga, como en toda Colombia, se está viviendo y sufriendo un desbordamiento social con crímenes, atentados contra el derecho ajeno y otros desaciertos atentarios contra la vida del prójimo; considero y opino, que uno de los factores creadores de esa degradación humana, proviene de las omisiones, errores, indebida tolerancia ante los hijos, sumado al irresponsable hecho de ver y dejar pasar, practicado esto por un alto número de padres de familia, quienes hace ya 30 o 40 años atrás no cumplieron con la obligación de orientar, educar a los hijos, infundiéndoles principios y valores sustantivos, a fin de forjarles una buena ciudadanía en pro de la sociedad  en general; algunos hijos crecieron como mosquitas y desadaptados, avalados y alcahueteados por sus padres, otros crecieron sin tutor que los indujera al aprendizaje de normas y buenas relaciones interpersonales para la comprensión, el respeto y la buena convivencia social y vecinal.
Estamos padeciendo los rigores del desajuste y prostitución que ha sufrido y desequilibrado a la célula fundamental de la sociedad, cual es la familia, en la cual algunos hijos se han dedicado a atacar la vida y el derecho ajeno sin Dios ni ley.  También, en algunos órganos del Estado, no han abocado con la requerida responsabilidad, la aplicación de una extendida ayuda y orientación, con métodos y estrategias de alto contenido para instruir a padres y jóvenes que aspiran constituir hogar, preparándolos en contenidos de principios y valores vitales, respecto a la responsabilidad, compromiso y confianza, formación ésta que deben tener quienes están criando hijos, así como aquellos que desean constituir hogar para levantar familia en óptimas condiciones en pro de la sociedad en general, para que en el futuro podamos tener un país desligado del desequilibrio y atrocidades individualistas y de concierto que hoy golpea y aflige a los núcleos humanos en nuestro país.
Desafortunadamente estamos viviendo y sufriendo los rigores causados por los descuidos, las omisiones y los errores del ayer, cuando algunos padres no orientaron ni le dieron a sus hijos la debida formación para que fueran ciudadanos de bien con principios y valores sustantivos en beneficio de la sociedad en general.  Si no se da el primer paso para la recuperación del ser, pronto Colombia irá hacia una hecatombe social de infinitas proporciones negativas; contenerla, no le corresponde a los alcaldes ni a los concejales de Buga ni de Colombia en general; pues el desajuste es de la familia y a ésta le tocará afrontar la formación de los hijos para que sean buenos ciudadanos, ausentes del crimen y el irrespeto al derecho ajeno.
El problema no se resuelve colocando un policía en cada casa y cada esquina de Colombia.  Recuperemos al ser.