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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Las trochas del Chocó hacen parte de Colombia - Mayo 16 de 2009

El tres de Febrero de 2.009 fue un día de dolor, lágrimas, angustia y luto para el pueblo chocoano, abrigado pro la orfandad del Gobierno Nacional, al recibir la desdicha ocasionada por el accidente automotor acaecido contra la humanidad de varios habitantes viajeros, sobre la trocha que conduce desde Medellín hasta Quibdó, en un bus de la flota Rápido Ochoa; es un flagelo terrestre que viene desde años inmemorables, cimentado por la ceguera y omisión de los gobernantes locales, departamentales y nacionales que le han negado al Chocó la oportunidad de poder comunicarse dignamente con los homólogos vecinos para intercambiar aspectos culturales, comerciales, sociales y políticos en pro del desarrollo ancestral.
Ante lamentable situación, el Chocó exige la construcción de carreteras dignas que le permitan comunicarse con Antioquia y con el desarrollo del Eje Cafetero y del Valle del Cauca. El Estado colombiano ha sido injusto y negativo ante las afugias y dolencias del Chocó, sesgando sus derechos, el bienestar y mejoramiento del nivel de vida de sus habitantes. Sólo cuando se presentan trágicos momentos, acoso y hambre, es cuando se conduelen del Chocó los dirigentes del Estado, quienes ofrecen transitorios paliativos para calmar las penurias, los dolores y afanes angustiosos de los chocoanos, quienes ven frustradas sus esperanzas de redención social y material de sus pueblos expuestos al desamparo prodigado por todos los gobiernos de turno en las diversas épocas de la vida republicana.
"Óyeme Chocó, oye por favor; tú no tienes por qué estar sufriendo así, la resignación de tu corazón se agotará y el día llegará de tu redención".
Después del Descubrimiento de América, la primera ciudad fundada en tierra firme fue Santa María la Antigua del Darién, en territorio chocoano, en 1.510; pero han pasado más de 500 años y parece que el Chocó no ha sido descubierto por los españoles y su tierra no queda en Colombia. Por esto, es inexistente para los gobiernos nacionales; además la propia representación parlamentaria no ha hecho lo debido para lograr metas de reivindicación social que permitan ponerse a tono con el modernismo contemporáneo, la tecnología y la globalización mundial.
El hecho acaecido el tres de Febrero del año en curso, cegó la vida de varios chocoanos que viajaban para reencontrarse con sus familias en Quibdó. Esto ha exaltado las pasiones y el alma adolorida del pueblo chocoano que clama atención y pide reflexión gubernamental respecto a las necesidades, a fin de implementar y mejorar las condiciones de las trochas que deben ser convertidas en carreteras dignas para la movilidad de propios y extraños, que le ofrezcan al Chocó condiciones óptimas de bienestar y desarrollo integral, despojado del sesgamiento y de la discriminación en el platillo de la balanza del presupuesto nacional, opresor de un pueblo de gente inteligente y trabajadora, con ímpetu de superación académica; pero ahora sometido a una injusta denegación de sus derechos adquiridos y generales, por ser nacional.
La mayoría de los pueblos del Chocó se alumbran con la Luna, con lámparas de gasolina y de petróleo, otros con mecheros de alquitrán; también toman el agua impotable de los ríos y de los nimbos que emergen del firmamento; para el transporte los ríos son sus carreteras, así como las inadecuadas trochas para realizar el intercambio comercial y sociocultural con sus homólogos vecinos departamentales; por esto se presentó la tragedia en Febrero de 2009, cerca del Municipio de Carmen de Atrato, con once personas sin rescatar, al momento.