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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

¿Qué es la política y cómo debe ser su manejo?

Por Migdonio Dediego Moreno

Podemos decir que la política es la manera de servir con eficacia y dinamismo en beneficio de las comunidades humanas para lograr el desarrollo y la dimensión del Estado.  Como arte de servir, el ejercicio de la política puede utilizarse para proteger, ayudar, defender, restablecer y contribuir al mantenimiento del orden social para vivir en óptimas condiciones en los hogares de nuestra nación.
El manejo de la política no se debe improvisar, pues exige que el actor político o gobernante haya tenido un fogueo social en las comunidades y a todo nivel, tenga buena formación para poder ofrecerle al público efectivas condiciones de su sabiduría, conocimientos y probidad, ya que a la gente no se le debe engañar con falsas ilusiones ausentes de compromiso.
Quien vaya a manejar o ejercer la política, debe ser una persona que conozca a fondo nuestro idioma español, para poder ofrecer buen manejo del lenguaje durante las relaciones interpersonales, a fin de evitar errores; además, se debe tener algún conocimiento sobre la Sicología Sociopolítica para interpretar las querencias y necesidades de las comunidades. Cuando el actor político ha participado en diversas actividades cívicas, comunitarias y del entorno social, se logran mejores resultados en pro del bien común.
Quienes, como actores políticos, aspiren representar un pueblo en las corporaciones públicas del estado, como son: Concejo Municipal, Asamblea Departamental, Cámara de Representantes y Senado de la República, deben tener adecuada formación académica y algún conocimiento sobre Administración Pública, a fin de no chambonear ni cometer errores en su ejercicio laboral.
Sin suficiente preparación, algunos aspirantes políticos desean representar a las humanas comunidades sin tener una clara visión de orden administrativo que conlleve a lograr el progreso y desarrollo sostenible de los asentamientos barriales y veredales.
Decían los abuelos: “Cada loro en su estaca”; “El que no sabe para dónde va, camina desesperado”; pero, hoy vemos que algunos aspirantes a obtener el voto mediante el respaldo popular, carecen  de la necesaria y fundamental preparación para ejercer las funciones públicas locales y regionales.
En su ejercicio y manejo, la Política permite alcanzar la grandeza social del ser humano, cuando éste es útil y sirve cabalmente ante los clamores y necesidades de los pueblos y sus comunidades para satisfacer el bien común.  De nada sirve poseer el mayor coeficiente intelectual y tener grandes bienes de fortuna, si no somos útiles ni le servimos a las exigencias del humano colectivo social.  Procuremos ser serviciales y solidarios ante los clamores de nuestras comunidades, a fin de ayudar a mitigar las afectaciones, dolores y afugias que las afligen y sin esperanza quedan en estado de indefensión para resolver sus problemas cotidianos.

Las calumnias y la diatriba deben suprimirse en el lenguaje político local

Por: Migdonio Dediego Moreno
Causa lástima y tristeza al no tener hoy a los intelectuales políticos de antaño, quienes escribían y presentaban programas con proyectos ciertos y de altura, ilustrándonos sobre temas de interés y resonancia local, departamental y nacional, con fundamento y sentido universal; ahora sólo encontramos a algunos aspirantes a corporaciones públicas sumergidos en vacíos mentales, sin la debida formación académica y principios sustantivos para proteger y defender el bien común; pero si atrofian los espacios de la humana vida local.
Sin esa necesaria formación individual, algunos salen a buscar el fervor y respaldo político ciudadano, son personas desprovistas de propuestas ciertas y valederas para cimentar una vida digna en las familias y comunidades en general; por los medios de comunicación y otros, ellos se dedican a insultar y a ofender a sus homólogos aspirantes; ¿por qué actúan así?, porque la cabeza la tienen hueca y vacía de concretas soluciones que favorezcan los anhelos y necesidades de la humana población, en donde sólo se recibe el engaño alcabalero, emitido por esos enfermizos y clínicos aspirantes políticos que buscan el respaldo ciudadano para proteger sus apetitos individualistas.
Algunos, una vez son elegidos, se ausentan definitivamente y no ayudan a ejecutar las obras para el bienestar de las humanas y sociales comunidades que desean mejorar sus condiciones de vida.  En su proselitismo político algunos expresan críticas malsanas, odios, insultos y dolencias del alma perturbada, con la cual enlodan el camino y el ambiente social que dejan inundado de resentimiento insustancial, dando así mal ejemplo ante la sociedad.
Hay aspirantes políticos que medio siglo después se dieron cuenta que sus comunidades barriales carecían de manos amigas, solidarias y de compromiso ciudadano para cambiar y mejorar sus condiciones de vida en pro del bienestar común, cuyas comunidades se hallan transidas de esperanza para aliviar sus padecimientos.
Se requiere que entre todos unamos nuestras manos con las manos de Dios para poder, con esfuerzo y voluntad suprema, construir verdaderos caminos de redención social, ausentes de la diatriba vulgar con que algunos se alimentan y usan para causar daños irreparables contra sus homólogos políticos.
Con identidad de criterios, abramos espacios para que los niños y niñas, jóvenes y adultos que vienen atrás, mañana puedan transitar sin dificultad y vivir abrigados con el manto de la seguridad, en todos los aspectos de la vida cotidiana.  Para no construir estadios de guerra, adecuadamente usemos los pensamientos y el buen lenguaje durante el trasegar político, a fin de cimentar los principios, los valores humanos y sociales, con el don de gentes que edifique la paz que todos anhelamos, cogidos de la mano, para lograr el bien común en los sectores urbanos y rurales de nuestro municipio.

La pavesa y ceniza de caña golpea a los barrios de Buga en general

Por: Migdonio Dediego Moreno


El 14 de junio de 2015, mientras el equipo de fútbol colombiano se enfrentaba al de Venezuela, una ráfaga de pavesa y ceniza de caña de azúcar cayó y maltrató a los barrios de Buga, especialmente a los del sector occidental como son Paloblanco, Valle Real, Albores de San Juanito y San José de las Palmas, lugares donde hubo afectaciones en la vista y vías respiratorias de los humanos residentes en los citados barrios y ciudad en general, invadida por el Monóxido de Carbono que se infiltró también en las viviendas y otros objetos domiciliarios, contra lo cual no ha existido ni existe control gubernamental.
Así las cosas, ¿ante quién se podrá acudir para recibir protección, que en parte sirva para mitigar los daños que nuestra ciudad y su gente vienen recibiendo de parte de quienes contratan la quema de la hoja de caña de azúcar?.  Preguntamos, para ayudar a defender los derechos ciudadanos y lograr el respeto que merecen nuestras humanas comunidades, ¿en dónde están los denominados AMBIENTALISTAS?; hay muchas omisiones que se cruzan desde los diversos puntos cardinales de nuestro ente territorial, sin que autoridad competente se apersone del caso planteado aquí, todo sigue sin Dios ni Ley contra el ser humano que se halla indefenso y atropellado por un flagelo que se extiende con posición dominante y sin control, frente a unas autoridades ciegas y paquidérmicas que no ejercen con equidad y justicia, el mandato constitucional otorgado para proteger, defender y restablecer los derechos ciudadanos.
Señor Ministro del Medio Ambiente; señores Secretarios municipales y departamentales del Medio Ambiente, señor Presidente de Asocañas del Valle del Cauca… por favor, ¿por qué ustedes no ayudan a cambiar y mejorar el estado de cosas, que por la pavesa y ceniza de la hoja de caña quemada, hoy sufre nuestra humana población, atacada por las fuentes carboníferas emitidas desde los centros de quema de hojas de caña?
Hay una posición obtusa y dominante que subyuga el bien general ante el particular, lo cual sofoca la paciencia humana ciudadana, situación ésta que podrá conducir, quiera Dios que no, a la construcción de Estados de guerra, cuando todos anhelamos la sana convivencia social para vivir en paz, tanto los de arriba como los de abajo, a fin de mantener el equilibrio que la sociedad requiere para una vida de mejores garantías y comprensión social.
Las partículas de ceniza de la quema de hoja de caña, atascan las canoas recolectoras de aguas lluvias, creando taponamientos y goteras en las viviendas; son partículas que enmugran las ropas tendidas en los patios, con daños irreparables, ante lo cual esperamos la lógica actuación gubernamental.