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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

¿Por qué usted no puede vivir sin tomar alcohol?

Por: Migdonio Dediego Moreno

Amigo bebedor el licor lo puede ingerir el organismo humano, buscando placer o esparcimiento social; pero debe utilizarlo con precisión y límite para no trastornar la vida ni flagelar el organismo.  Ante el licor se debe tener una buena formación en principios y valores para no caer en ridículo ni construir la propia sepultura, ya que el alcohol es un destructor de la vida humana cuando se toma consecutivamente y sin control.  Ayúdese y deje de ingerir alcohol; retemple la mente y la voluntad para que pueda usted salir del lodazal que le está aniquilando el bolsillo y la vida individual, con desajuste de la personalidad.
Por favor, dígame, amigo bebedor, ¿por qué usted no puede vivir sin ingerir alcohol?; ¿qué traumatismos está sufriendo usted?; si usted es inteligente, ¿por qué se deja arrastrar por el alcohol?; el licor no piensa, pero domina la voluntad suya.  Con el dinero que usted ha invertido varios años en licor, serviría para comprar un negocio familiar; pero, usted está ciego del cerebro, inhibido para controlar el desajuste de la personalidad, lo cual a usted lo conduce a un desequilibrio individual que lo induce a beber día tras día, sin medir las consecuencias de su mal proceder que le trae señalamientos en el ámbito social en general.
Usted se encuentra encarcelado en una prisión externa y abierta que lo hace transitar por un malogrado camino que deteriora toda posibilidad de bienestar; desafortunadamente usted no ha sacado un instante para reflexionar con sabiduría personal y así hallar la verdad para salir del lago infernal que a usted lo mantiene en desequilibrio individual y social.
Con plena voluntad, haga un alto en el precipicio de su desequilibrio personal, despierte y frene la ruta del alcohol que está destruyendo en silencio el organismo y la vida suya.  Si usted desea alcanzar su propio bienestar, use la cabeza positivamente para evitar una muerte prematura, motivada por vanas soluciones y estados de ansiedad que lo encarcelan en el vicio del licor que usted no ha podido erradicar.
Amigo bebedor, deje usted de tomar licor, busque una mejor diversión que le ofrezca crecimiento personal y lo saque del lodazal en que usted se encuentra envuelto ingenuamente y sin libertad mental que lo conduzca a reflexionar para ayudarse, dejando postrado al enemigo suyo, el alcohol; levántese, ayudado por la voluntad; todavía hay tiempo para que se pueda liberar del lodazal, conduciéndose a llevar una vida normal, ausente de la ansiedad para que pase mejores días en familia y sociedad en general.

El estómago dificulta hacer proselitismo político

Por: Mogdonio Dediego Moreno

Hoy por hoy, para algunos candidatos, se les dificulta buscar el favor ciudadano en las comunidades barriales para aspirar llegar a las corporaciones públicas del Estado colombiano, con propósitos de servir a los intereses populares del bien común.  Hay personas a quienes todavía no le han presentado el candidato, cuando ya le están disparando para solicitar favores individuales y familiares; pero, casi nunca para sus comunidades, en obras; para esas personas, la política se convirtió en un negocio; así, el estómago les hace perder la cabeza y se olvidan de las necesidades de sus comunidades; a algunos, les he oído decir: “Yo me voy con el candidato que dé más”.
Esos mercantilistas de algunas comunidades han acabado con el buen curso de la política; ellos son los verdugos que si les dan, votan; de lo contrario, se convierten en enemigos del candidato y lo desprestigian sin fundamento; a este extremo hemos llegado debido a la perversidad que inunda el alma de algunos ciudadanos inescrupulosos, para quienes votar no es un deber, sino una mina para satisfacer sus apetitos individualistas, lo cual retrasa el desarrollo y el progreso de las comunidades que buscan el bien general.
Es fastidioso y aburridor ir a la calle a buscar el favor ciudadano para lograr una representación política ante las corporaciones públicas del Estado; pues el ambicioso mercantilismo ejercido por algunos ciudadanos, está cerrando los promisorios caminos para realizar el debido proselitismo político que conduzca a la posesión del bien común.  Hay algunos personales que son multiexigentes ante diversos candidatos, pero, una vez recibido el beneficio, a nadie le cumplen votando el día de las elecciones; ellos son negociantes de perversa condición.
Esos malsanos apetitos individualistas de algunos ciudadanos, dividen a las comunidades barriales, restan y alejan la obtención del bienestar general, frenando la redención social al no dejar ejecutar diversas obras que las comunidades anhelan; a esos mendigos electorales no les interesa el futuro ni el progreso de sus comunidades; así se destruye la paz que tanto invocamos los colombianos; para muchos, de dientes para afuera.
De esos hirsutos ciudadanos individualistas y mercantilistas, se esperan actos de reflexión para cambiar el estado de gula económica y de otros apetitos que utilizan para lograr beneficios, antes de.  Para todos votar es un deber ciudadano; el deber significa obligación, cumplimiento, así, todo marchará bien y habrá comprensión con plena armonía para que reine la paz con progreso de nuestras comunidades sociales humanas.
Por favor, no dejemos perder la cabeza ni la razón; el hambre hace doler el estómago a muchos; pero, ante ese dolor se debe ser prudente para no convertirse en pordioseros y mendigos en las campañas electorales, se debe tener respeto consigo mismo.