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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

¿En Buga cómo se podrá reorganizar el destino del Partido Conservador?

Por: Migdonio
Dediego Moreno

El glorioso Partido Conservador, que ha contribuido a la construcción y formación del destino útil de Colombia, penosamente hoy se encuentra en Buga sin brújula y con un norte incierto para enfrentarse a un proselitismo político que le permita acreditar y defender su institucionalidad filosófica y doctrinaria y aportar la fortaleza requerida para la vida y desarrollo que Buga necesita.  Hoy tenemos a un conservatismo totalmente descuadernado con mucha gente a su favor, pero asistido por una galopante desorganización en donde se halla perdida su doctrina y su filosofía, naufragadas en un mar de apática incertidumbre; ya que nadie quiere tomar las riendas para organizar y darle vigencia a sus cuadros directivos, dándole vitalidad a las huestes humanas descarriadas por falta de dirigentes hábiles, generosos y honestos, como ayer lo fue en el seno del conservatismo bugueño que ya debe despertar del fatídico letargo que lo ha marchitado y lo convirtió en genuflexo ante otros partidos políticos de Colombia, perdiendo así su identidad.
Pasó en Buga la era de Ramón Antonio Azcárate, igualmente el momento de Laureano Tascón Victoria; la importante y gloriosa época del doctor Marino García Gil y Carlos Varela Bejarano, liderando éstos últimos al Holguinismo bugueño, con cimientos y eficiente organización política que brilló y colaboró de manera sin igual, emulando con el Grupo de los Leopardos, dirigido por los hermanos Hoyos Salcedo, con Julián Hoyos a la cabeza; vertiente disidente, que, a la poste, terminó mezclada y avalando al Holguinismo en esta ciudad.  Vivió el conservatismo bugueño una época animadora, grata, solidaria, de altas convicciones; la cual movió asiduamente a las juventudes con entusiasmo y verticalidad política, para mantener en alto la bandera azul que recorrió el municipio de Buga y todo el departamento del Valle, llevando ayudas y beneficios concretos para mejorar las condiciones de vida de los copartidarios necesitados, luchando y trabajando en Buga al lado de Víctor Montoya Buenaventura, para que el sol alumbrara a todos, sin sectarismos, ni lamentaciones negativas.
En Buga, se movió la juventud conservadora, asistida por el dinamismo concertado con las cabezas políticas de Eduardo José Victoria, los hermanos Hoyos Salcedo, Leonidas Jaramillo, Jaime Alberto Ochoa Cardona, Migdonio y Jairo Dediego, las hermanas Rengifo, Fernando Vélez Osorio, Jairo Madriñán, César Tulio Escudero, José Tomás Esquivel Montoya, Diego Díaz Granobles, Carlos Humberto Arias, Luís Alberto Rojas Izquierdo, y muchos más, al compás de los años setenta (70) y sucesivos, contribuyendo en la coordinación, progreso y el mantenimiento de la vitalidad conservadora de Buga, la cual fue de avanzada, orden y de ejemplo político para recordar, sin dejar de omitir el liderazgo y trabajo de Édgar Libreros Zúñiga, quien lideraba el grupo del Humbertismo en esta ciudad; fue una época magistral que daba gusto estar involucrado en las huestes y tareas cotidianas del Partido Conservador; hoy estamos sin barco ni timón, a punto de naufragar definitivamente.
Hoy, desde el atrio celestial, lloran Caro y Ospina, Laureano Gómez, Álvaro Gómez Hurtado, Guillermo León Valencia, Ramón Antonio Azcárate, y otros más, al ver quebrantado y marchitado en Buga el destino de su Partido Conservador entrañable.  Ahora, ¿quién está dispuesto a izar la bandera azul en Buga, para animar y devolver la credibilidad perdida?