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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Piense usted y reflexione: ¿en dónde se construye la paz o la guerra?


Migdonio
Dediego Moreno

Con profundo análisis podemos manifestar que la paz o la guerra se construye en el interior de cada ser humano; es ahí en donde se elaboran las actitudes belicosas y malignas que azotan a nuestra sociedad para dejarla en estado de indefensión; también, es en nuestro interior donde se pueden fabricar los actos de perdón, bondad, amor, solidaridad, reconciliación y altruismo en pro del bien común, si existe voluntad para hacerlo; pero, desafortunadamente, buscamos la paz externamente donde no la vamos a encontrar, luego cazamos culpables para poder tapar las propias irregularidades cotidianas cometidas.
Todos los días se construye la paz o la guerra, no solamente desde las trincheras de los alzados en armas, sino también a través de las decisiones y actuaciones realizadas en el trato de las relaciones interpersonales que se cruzan en las labores estatales, empresariales públicas y privadas, familiares, cívicas, conyugales, educativas oficiales y privadas, judiciales, amistosas, comunitarias, pastorales y clericales, vecinales, comerciales, individuales, etc.; cuando dejamos de actuar con aplomo, con justicia, equidad, orden, equilibrio, respeto, armonía, veracidad, buenos propósitos, etc., dándole paso al furor de las equivocaciones y la mala fe… así nace la guerra, en cualquier plano a concebir; pero, si realizamos actuaciones atinadas con sabios procedimientos de equilibrio mental, nace también el brillo y la armonía de la paz que todos anhelamos para vivir placentera y felizmente en familias y comunidad social humana en general.
Hoy es menester decirle a los padres de familia que: la célula fundamental de cada hogar es la responsable de la construcción de los senderos de la paz o de la guerra; jamás habrá paz en Colombia si no se hace una reconstrucción del seno familiar en los hogares que se han desbordado y en donde se ha perdido el orden interno de la base fundamental de la sociedad, lo cual ha hecho que el ser humano caiga en precipicios y fracasos que lo conducen pronto al hospital, a la cárcel, a los grupos alzados en armas, a las acciones irregulares, o al cementerio; así se destruye la paz y nacen floreros de guerra para martirizar al país y llevar una vida socialmente infernal.
Los acuerdos y diálogos que se hacen en La Habana-Cuba, son importantes para aminorar los holocaustos que dejan senderos de viudas, huérfanos y otros más en nuestra patria, habida cuenta de la mala crianza de muchos colombianos y por el mal uso de la parte social del poder que debe aliviar las penurias de la gente mediante acciones positivas de redención social y educación pronta y oportuna, con principios y valores que conduzcan al equilibrio personal que permita encontrar el camino de la reconciliación, para dejar atrás la confrontación armada y la desolación en campos y ciudades de Colombia, en donde se ha marchitado la paz social porque se ha embrutecido el alma humana que no quiere dejar actuar con sensatez mental y espiritual, para abrir caminos promisorios de redención y renovación social sostenible, que sean ejemplo de hermandad y bienestar.