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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

La contaminación auditiva le causa daños al ser humano

Por: Migdonio Dediego Moreno

Debido a las emociones, a las dependencias sociales y al alto grado de incultura ciudadana en pueblos y ciudades de Colombia, sin control alguno se ha venido extendiendo un franco irrespeto contra la vida y la salud de vecinos y transeúntes, a través de la irracional contaminación auditiva originada con los altoparlantes y los equipos de sonido ubicados en viviendas, negocios fijos y otros ambulantes, para maltratar la vida de la gente, cuyo deterioro no resulta de la noche a la mañana, sino que lentamente va derrumbando el sistema auditivo del organismo humano, hasta perforarlo y debilitarlo de manera silenciosa y definitiva.
Cuando en un equipo de sonido son muy altos los decibeles, el sistema auditivo se descontrola y también contamina a las personas que reciben el estruendo, lo cual les causa laceraciones y daños en estos órganos.  En ocasiones, vivimos los desmanes de la irresponsable actitud de quienes colocan a sus equipos de sonido decibeles demasiado altos, de manera deshumanizada, insolidaria y un poco perversa para perturbar y causarle daños a la vida de los vecinos que reciben la estridente contaminación auditiva.
La contaminación visual difiere de la auditiva, ya que la primera permite que usted pueda cerrar los ojos y lograr un escape; pero, en la segunda, usted no podrá cerrar los oídos, ¿verdad?; así, en tales condiciones, a todos nos tocaría usar tapones en los oídos a diario, para evitar el daño auditivo; será la forma más práctica para aminorar el impacto causado por el alto decibel de los equipos de sonido con ruidos altisonantes que percibimos cotidianamente, debido al hirsuto comportamiento humano.
Vemos que cada día se hace más grave la contaminación auditiva contra la libertad y la vida del ser humano; esto amerita que las autoridades ambientales se sirvan adoptar medidas especiales, preventivas y educativas para controlar y erradicar el flagelo, que de manera omisiva, viene causándole daños irreparables a la población colombiana silenciosamente, con la complacencia de dichas autoridades que permanecen ciegas y aturdidas en el cumplimiento de las funciones y obligaciones conferidas para proteger los derechos y el bienestar ciudadano; esas autoridades se vuelven cómplices no necesarias y así contribuyen al debilitamiento de la vida útil del ser humano en Colombia.
El comentado desorden auditivo que se genera en pueblos y ciudades de nuestro país, se observa en algunas oficinas, almacenes, negocios, hogares, vehículos callejeros, ventas ambulantes, en diversas fiestas y escenarios libres al público, lugares éstos en donde todo discurre y se maneja sin control ante los decibeles de los equipos de sonido que hacen alterar el orden social, causando daños en los oídos de los vecinos que deben soportar el flagelo para mantener la convivencia vecinal y familiar.