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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Están liquidando totalmente y se muere el Seguro Social Colombiano

Con gran sorpresa, el día tres de septiembre del año en curso, pudimos observar en uno de los canales de televisión nacional, cómo la señora Presidente del Seguro Social (ISS), anunciaba la agonía, extinción y muerte total de la citada institución prestadora del servicio de salud para los colombianos. Vemos que se abre así una brecha más de indolencia entre quienes todo lo tienen frente a los que carecen de bienes de fortuna y sufren el flagelo causado por la desigualdad social padecida por quienes reciben bajos ingresos en el País. Ahora se golpea el bienestar de los colombianos mediante una decisión adoptada por el Gobierno Nacional para desaparecer al Instituto del Seguro Social (ISS), que pasará a las manos de un fondo de características particulares, denominado COLPENSIONES.
Se manifestó que al enunciado fondo también pasarán los bienes y servicios correspondientes a CAPRECOM, así como los de CAJANAL EICE, ahora en liquidación. Se avizora un descalabro en contra de la Seguridad Social de los colombianos, cuando el mismo Estado, con sus funcionarios, debería manejar los bienes y las instituciones que son de su pertenencia; pero el desequilibrio emanado del flagelo de la corrupción administrativa, no permite el buen funcionamiento de las instituciones del Estado Colombiano.
Con una espantosa rapidez se está haciendo la liquidación y transferencia del exterminio del Seguro Social que será tomado por COLPENSIONES, presumible institución privada o particular que manejará los bienes del Estado y los beneficios de salud de miles de colombianos que serán sometidos a las tediosas incongruencias y mala atención que ofrecen algunas instituciones privadas ante el clamor y los derechos de los afiliados en salud, quienes requieren soluciones prontas y eficientes para la seguridad y mantenimiento de su existencia. Colombia vive aletargada y sigue entregando sus riquezas en manos de particulares que crecen a costa de debilitamiento de una población amordazada.
Se presume que ahora se traumatizará todo lo atinente al otorgamiento de PENSIONES, jubilaciones y derechos de los pacientes, quienes deben recibir atención adecuada y oportuna, igualmente los medicamentos acordes a la enfermedad que padecen y sin detenerlos por no estar en el POS; pues el FOSYGA responde por el 50% o por el 100% de los medicamentos; así no habrá lugar a tener qué recurrir a la Acción de Tutela para el restablecimiento del derecho denegado. Como van las cosas, pronto se turbará el orden y llegarán los enfrentamientos civiles contra el desmán ofrecido por los Nuevos Promotores de Salud que impondrán su interés particular por encima de las necesidades y derechos de la generalidad nacional; estamos avocados a una privatización disimulada que restará derechos y oportunidades.
Primero lamió y se posicionó la NUEVA EPS; ahora lo hará COLPENSIONES, que recibirá la Segunda Parte del Seguro Social, para usufructo de particulares, cuya intermediación generará ganancias especiales, derivadas de diversos factores que minan los derechos del Paciente, quien sufre las consecuencias emanadas de la galopante y disfrazada corrupción.
Ahora le tocará temblar a los enfermos quienes aspiren obtener su derecho personal y otros beneficios; la tramitología será más paquidérmica y aumentará el sufrimiento de quienes procuren el reconocimiento de su beneficio adquirido respecto a salud y otros derechos; todos serán víctimas de un desajuste no deseado, pero nacido del desequilibrio institucional en el manejo de sus pertenencias.
La evidencia de las Políticas Neoliberales, injustas para un pueblo que necesita superarse y vivir con dignidad, permiten enriquecer a unos particulares a costa del dolor y el llanto de una clase débil carente de Líder que señale el camino de la reivindicación social de Colombia.