Migdonio Dediego Moreno
Algunas personas y algunos grupos sociales y políticos en nuestro país, con sus actitudes y mal ejemplo, perturban la esencia de la paz al crear estados de violencia que confunden a la sociedad en general; situación ésta que desdice de la formación de quienes se consideran normales y bien educados, familiar y académicamente; pero vemos que son personas que a la hora de hacer relucir su hidalguía y don de gentes se comportan ferozmente, dando a entender que su alma sólo se rige por las hirsutas corrientes de la neura que les desequilibra el cerebro y los conduce al odio, al rencor, la tiranía, la venganza y apetitos que hacen desbordar su comportamiento que le causa daños a los inocentes colombianos, mediante el exceso verbal por radio y televisión.
Durante la primera quincena de mayo de 2014, los colombianos fuimos víctimas de una inoportuna confrontación política orquestada por dos bandos que nos alimentaron con un agrio sabor que afectó el estado anímico del electorado colombiano; dichos contertulios nos dispensaron un mal ejemplo, al calumniarse e incitarse al mal trato, golpeando así la convivencia social y ciudadana, utilizando actitudes perversas que signan caminos incongruentes para las generaciones presentes y venideras. ¿Cómo será el sabor del agua, cuando la sal se corrompe?; ahí se pierde el sentido de la dignidad y el bienestar en pro de una vida de mejores esperanzas y equilibrio social para los colombianos.
¿Cómo se puede exigirle a los alzados en armas, que se acojan al orden, que salgan de sus trincheras para incorporarse a una vida útil, si vemos que quienes conducen a Colombia y otros que aspiran dirigir la nacionalidad, no dan ejemplo de confraternidad, respeto y disciplina para que florezca la bella libertad, deparándonos una vida de amplias garantías sociales?. ¿Por qué en vez de contribuir al mantenimiento del respeto a las diferencias, más bien se trata de persistir para incrementar las corrientes del irrespeto político aliñado de trampas, mentiras, tiranías y venganzas en contra de quienes fueron sus amigos y compañeros con los cuales trasegaron la geografía colombiana, llevando mensajes para crear conciencia política y retener los gajes del poder?.
Vemos que no sólo los guerrilleros de Colombia son los causantes de los males y la violencia que aflige a nuestros conciudadanos; existen otros modelos para crear la guerra que opaca el brillo de la seguridad nacional; a veces, se construye la violencia desde los escritorios de algunas oficinas de edificios oficiales, desde donde se debiera construir y expandir el perfume renovador de una Colombia libre de perturbaciones y abrigados con el manto de la paz y la seguridad sociopolítica, para vivir mejor, abrazados al respeto y la hermandad entre todos los colombianos.
