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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

El estómago dificulta hacer proselitismo político

Por: Mogdonio Dediego Moreno

Hoy por hoy, para algunos candidatos, se les dificulta buscar el favor ciudadano en las comunidades barriales para aspirar llegar a las corporaciones públicas del Estado colombiano, con propósitos de servir a los intereses populares del bien común.  Hay personas a quienes todavía no le han presentado el candidato, cuando ya le están disparando para solicitar favores individuales y familiares; pero, casi nunca para sus comunidades, en obras; para esas personas, la política se convirtió en un negocio; así, el estómago les hace perder la cabeza y se olvidan de las necesidades de sus comunidades; a algunos, les he oído decir: “Yo me voy con el candidato que dé más”.
Esos mercantilistas de algunas comunidades han acabado con el buen curso de la política; ellos son los verdugos que si les dan, votan; de lo contrario, se convierten en enemigos del candidato y lo desprestigian sin fundamento; a este extremo hemos llegado debido a la perversidad que inunda el alma de algunos ciudadanos inescrupulosos, para quienes votar no es un deber, sino una mina para satisfacer sus apetitos individualistas, lo cual retrasa el desarrollo y el progreso de las comunidades que buscan el bien general.
Es fastidioso y aburridor ir a la calle a buscar el favor ciudadano para lograr una representación política ante las corporaciones públicas del Estado; pues el ambicioso mercantilismo ejercido por algunos ciudadanos, está cerrando los promisorios caminos para realizar el debido proselitismo político que conduzca a la posesión del bien común.  Hay algunos personales que son multiexigentes ante diversos candidatos, pero, una vez recibido el beneficio, a nadie le cumplen votando el día de las elecciones; ellos son negociantes de perversa condición.
Esos malsanos apetitos individualistas de algunos ciudadanos, dividen a las comunidades barriales, restan y alejan la obtención del bienestar general, frenando la redención social al no dejar ejecutar diversas obras que las comunidades anhelan; a esos mendigos electorales no les interesa el futuro ni el progreso de sus comunidades; así se destruye la paz que tanto invocamos los colombianos; para muchos, de dientes para afuera.
De esos hirsutos ciudadanos individualistas y mercantilistas, se esperan actos de reflexión para cambiar el estado de gula económica y de otros apetitos que utilizan para lograr beneficios, antes de.  Para todos votar es un deber ciudadano; el deber significa obligación, cumplimiento, así, todo marchará bien y habrá comprensión con plena armonía para que reine la paz con progreso de nuestras comunidades sociales humanas.
Por favor, no dejemos perder la cabeza ni la razón; el hambre hace doler el estómago a muchos; pero, ante ese dolor se debe ser prudente para no convertirse en pordioseros y mendigos en las campañas electorales, se debe tener respeto consigo mismo.