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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

En Paloblanco el callejón de la 16 necesita ser asfaltado

Por Migdonio Dediego Moreno

Se está llenando la copa del sentimiento pacifista de los habitantes de Paloblanco, Valle Real y San José de la Palmas; barrios del sector occidental de Buga, lugar donde está inmerso el denominado callejón de la 16, sitio por donde entran y salen los pesados carros cañeros de los ingenios azucareros; se trata de unos vehículos de alto cilindraje para cargar extensas toneladas de caña, y en dicho callejón, levantan nubes de polvo que penetra en las viviendas aledañas, ocasionalmente en los ojos de algunos residentes de los precitados barrios; vecinos que también han sufrido afectaciones en sus vías respiratorias, lo cual conlleva a realizar gastos económicos ocasionados por los daños atinentes al polvo que levantan los enunciados vehículos, que también emiten, durante las madrugadas, ruidos estridentes que perturban la audición de las personas adyacentes.
Periódicamente se ha dado a conocer la perturbación causada por los citados carros cañeros, sin que alguien haya respondido al clamor para adoptar los medios y soluciones propicias de beneficios interpartes, tendientes a evitar choques desagradables con los habitantes del sector barrial.
Los afectados habitantes barriales están a punto de tomarse el indicado callejón, para impedir el ingreso y salida de los ya enunciados pesados vehículos.  Dicho callejón necesita ser asfaltado, dándole condición digna y saludable que proteja la salud, la vida y el medio ambiente, para los vecinos y transeúntes de todo orden.
Por las urbanizaciones adyacentes, dicho callejón dejó de ser rural y adquirió su condición urbana, quedando inmerso en el POT municipal de Buga, por lo cual, así por lógica elemental, los citados carros cañeros, deben realizar sus operatividades laborales por otros caminos; puede ser, por detrás de la Cárcel Distrital de Buga, luego ingresar a la carretera doble calzada para seguir su destino final; esa es la forma para respetar el derecho ajeno y terminar con los perturbadores inconvenientes del presente.
Con urgencia se requiere que los funcionarios municipales de Buga, atinentes al caso planteado, se apresten con voluntad administrativa para ayudar a darle la debida y pronta solución al flagelo originado en contra de los habitantes adyacentes al precitado callejón, el cual debe acondicionarse en pro del bienestar de la gente que se afecta en los barrios ya indicados, los cuales merecen un trato mejor.
Si se aplica voluntad política y administrativa, unida a la comprensión humanitaria y solidaria de los ingenios azucareros, en coordinación con Asocañas, se podrá superar la anómala situación reinante que afecta a la gente de los barrios del sector occidental de Buga, quienes merecen respeto y el goce de una vida saludable y digna.