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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

En las urnas: El “No” hizo retroceder el proceso para lograr la paz entre los colombianos

Por Migdonio Dediego Moreno

Qué lástima, con el irreflexivo “No” se dilató el proceso para lograr que en Colombia hubiese menos muertos, menos viudas y menos huérfanos, como producto de la guerra fratricida que ha inundado de sangre, dolor y llanto a propios y visitantes en nuestro país.
Se ha procurado preservar las vidas humanas; pero, desafortunadamente para muchos, es mejor la Cárcel y el valor del dólar, al lado de los intereses politiqueros y materiales que cierran los caminos de la redención social, a través de la creación de fantasmas irreales para asustar a la población que vive desinformada de la verdad.
Se ha obstruido el camino de la reconciliación que nos permitiría una vida ausente de las ataduras de la guerra, afortunadamente, las FARC están sostenidos en la palabra de: No volver al monte y cumplir el cese bilateral al conflicto armado, a fin de poder renegociar los Acuerdos de La Habana, y firmados, en pro de lograr los primeros cimientos para edificar la paz entre los dispersos hijos de Colombia que no adoptan una identidad de criterios para alcanzar la reconciliación nacional en pro del bienestar de los colombianos.
Ahora ha quedado en suspenso el desarraigo de la guerra para las presentes y futuras generaciones, en quienes debe ser desaparecida la ignominia de la cultura de vivir en medio del desangre humano.  No se ha querido usar, por algunos colombianos, el sentido común ni la lógica para proteger la vida de los colombianos de los sectores rurales y urbanos que anhelan vivir en paz, ausentes del fragor de las balas asesinas.  La neura obstinada de algunos, ha frenado cuanto, en el tiempo, había podido adelantarse para lograr una mejor convivencia y acertadas relaciones entre los colombianos, a fin de respetar las vidas y el derecho ajeno.
Algunos dicen: Estoy de acuerdo con que en Colombia haya paz; pero, al unísono, cierran los espacios para mantener la ubicación de la digna y sana convivencia entre los humanos.  Decían los latinos: Ser o no ser; lo cual debe permanecer ausente de la ambivalencia de la doble moral, alimentada por espejismos y artificios fastasmagóricos que se comen el cerebro de los no informados, escasos y mezquinos de conocimientos para proceder en beneficio del equilibrio y funcionamiento de la paz, a fin de evitar más desastres y muertos en Colombia.
Hasta ahora, se ve perdida la oportunidad histórica que tuvimos para saborear y mantener altiva la esencia de una paz estable y duradera; pudieron más los prejuicios callejeros y los irreales fantasmas, creadores de terror, para perturbar el camino que podía consolidar los beneficios emanados de una verdadera reconciliación, perdón y humana convivencia social entre los colombianos; ahora, amanecerá y veremos.
Buscando Tercer Mandato Presidencial, esperemos Constituyente Nacional.