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Migdonio DeDiego Moreno

OPINIÓN

Daños en los barrios de Buga, por la quema de las hojas de caña

Por: Migdonio Dediego Moreno

En Buga se vive una antaña situación que golpea la vida y los derechos de la gente comarcana, quienes ocasionalmente han sufrido daños en la vista y en las vías respiratorias debido a la atrevida y desatinada acción emitida por las partículas de cenizas de las hojas de caña sembradas alrededor de los barrios de Buga y algunos sectores rurales del citado municipio; lugares éstos en donde la gente sufre a falta de autoridad competente que avizore y defienda los derechos sociales de la humana población que se encuentra perjudicada por la perturbadora ceniza de la hoja de caña quemada sin control.
En este caso, el bien particular navega dichoso, sin control, atropellando los derechos del bien general; violando así el mandato constitucional y legal, ahora genuflexo ante las irreverentes acciones del poder económico que abusa para sofocar las pasiones humanas y crear estados de guerra no deseada por los perjudicados.
En Colombia, no solo los alzados con armas construyen la guerra contra los civiles indefensos; vemos que con la irregular quema de la hoja de caña alrededor de los barrios de Buga, también se crean condiciones desacertadas de guerra que maltrata los derechos de los residentes barriales de todo Buga, quienes sufren y padecen el flagelo causado por el Imperio Industrial Azucarero del Valle del Cauca, ante unas ciegas autoridades ambientales que no protegen ni defienden los derechos generales y el medio ambiente de la gente de Buga.
En este caso, la CVC y otras autoridades, que se les paga para controlar y hacer respetar los derechos atinentes al Medio Ambiente, brillan por su omisión y desacato ante el cumplimiento de las funciones y deberes encomendados para el bien común, pero sí dejando operar, sin Dios ni Ley, la inconstitucional posición dominante que flagela y fractura el derecho ajeno, siendo feliz a costa del sufrimiento del vecino barrial; así, jamás tendremos Paz en Colombia.
Por casos similares, en la Nueva Granada, en 1781, surgió el Levantamiento de los Comuneros; luego, en 1789, se dio la Revolución Francesa en Europa; ahora, está a punto de levantarse el pueblo venezolano, para hacer respetar sus derechos enajenados, sin causa cierta y cerrados los caminos y las normas superiores que trazan el rumbo para disfrutar de la convivencia social y pacífica entre los residentes vallecaucanos.
El jueves 13 de octubre de 2016, cuando el barrio Paloblanco se hallaba cumpliendo sus 52 años de fundación, como regalo recibió un baño de cenizas provenientes de las quemas de hojas de caña sembradas adyacentes a los barrios: Albores de San Juanito, Valle Real, San José de las Palmas y Paloblanco, en el sector occidental de Buga.
Se espera la floración de la actitud respetuosa y consciente de los actores de Asocañas, la CVC y autoridades ambientalistas para frenar la penosa y dañina quema de hoja de caña, labor que requiere una especial metodología, a fin de no atropellar el derecho ajeno.

La histórica Piedra de Panduro, está necesitando padrinos de compromiso

Por Migdonio Dediego Moreno

Vemos que en la vida de relación social y comunitaria, si no tenemos padrino el cura no bautiza al hijo del vecino; quien lo entendió, lo entendió. Así las cosas, ahora surge el extendido clamor emitido por la Histórica Piedra de Panduro, adyacente al barrio Alto Bonito de Buga, en la parte sur-occidental del barrio, que con urgencia, se halla necesitando padrinos de compromiso para darle solución a los problemas de interés general para los moradores del sector barrial.
Ahora, se requiere adecuar la subida para llegar hasta la base de la indicada piedra prodigiosa, desconocida por muchos ancestrales de Buga.  La Directiva de Acción Comunal de Alto Bonito, con su Presidente “MARA” a la cabeza, impulsará un especial proyecto para lograr que el sector adyacente a la histórica Piedra de Panduro, pueda ser convertido en una grato Sendero Ecológico, Cultural y Turístico, con avistamiento panorámico que permitirá observar la belleza estructural de Buga, lo cual será útil para regocijar a propios y visitantes que vayan el encantador lugar, hoy sumido en el olvido. Por designios de la Madre Naturaleza, dicha piedra se halla dividida en tres (3) enormes pedazos, los cuales pueden tener un peso superior a mil (1.000) toneladas.  Algunos ancestrales, residentes en Altobonito, dicen que dicha piedra fue partida por la electricidad de un rayo celeste; otras personas comentan que desde el  fondo de la apertura de la citada piedra, emerge un túnel que conduce hasta llegar a la Basílica del Señor de los Milagros de Buga.
Consideramos que el precitado Proyecto Comunitario y Sociocultural, debe merecer el aval de los sectores públicos gubernamentales y privados, para lograr la anhelada viabilidad y ejecución en pro del  bien común y la general prosperidad de los habitantes del populoso barrio Alto Bonito de Buga, quienes merecen un decidido estímulo que permita darle solución a sus fincados propósitos de progreso y sana convivencia social y vecinal, para una vida mejor.
El barrio Alto Bonito está cumpliendo 40 años de fundación; por esto se hará una especial programación de hermandad vecinal para propios, amigos y visitantes, a fin de participar y regocijarse al compás de los actos de ambientación y sana diversión popular para compartir, y con alegría, celebrar evocando los primeros días de la magna fundación del barrio, a través del cual se amplió el perímetro urbano de nuestro ente territorial municipal.
Amigos lectores, por favor, cogidos de la mano todos podemos ayudar para que el Presidente Comunal “MARA” y los amigos de Alto Bonito, puedan alcanzar la plausible y la pronta consolidación de su proyecto de bienestar en la Piedra de Panduro, para una mejor vida barrial, unida al fervor de los peregrinos que subirán a visitarla.

Un feliz cumpleaños: barrio Paloblanco, unido a su gente

Por: Migdonio Dediego Moreno

En octubre de 1964, a la luz de Buga, del Valle del Cauca y de Colombia, nació la Urbanización Guadalajara, por determinación del gobierno municipal, en coordinación con el Instituto de Crédito Territorial, hoy INURBE; así, arribaron las 162 primeras familias carentes de techo propio, a los terrenos de la Hacienda San Antonio, propiedad de los hermanos Cabal Cabal, cuyo sector, denominado Paloblanco, fue más adelante colocado a la citada urbanización que iba a construirse al lado del Rio Guadalajara, terreno ocupado hoy por el barrio Los Ángeles.
Feliz cumpleaños, barrio insigne que te hayas colmado de grandeza precursora, forjadora de hijos de noble formación, que con lealtad han contribuido al logro del desarrollo social de Buga, para afianzar la prosperidad de su gente.
Orgullosamente vivimos y ayudamos en pro del bienestar común de la gente de este sector de la municipalidad de Buga, en donde no obstante percibir el fragor de algunas afugias sociales, somos garantes del mantenimiento del orden, a fin de no mancillar la esencia de la libertad, y así vivir asistidos por el respeto mutuo y la edificante sana comprensión vecinal para mantener altiva la esencia de la PAZ que todos defendemos y abrazamos, asistidos por la hermandad y la solidaridad entre los residentes y visitantes de los barrios del sector occidental de Buga, que no llegaremos a defraudar.
Paloblanco y su gente, unidos como siempre, goza hoy de la hermandad y señorío comunitario que le brindan los barrios: Albores de San Juanito, Valle Real y San José de las Palmas; asentamientos humanos que son orgullo de nuestro sector occidental de Buga; son barrios que sirvieron para acrecentar el perímetro habitacional occidental.  Ahora seguirá el crecimiento poblacional mediante la próxima construcción del Conjunto Residencial de San José del Parque.
En coordinación del gobierno municipal de Buga,  con el Instituto de Crédito Territorial, hoy INURBE, fueron adjudicadas y entregadas 162 viviendas, a los primeros fundadores, a finales de octubre de 1964; personas carentes de techo propio para albergar a sus afligidas familias.
Muy pronto se iniciará la construcción del Conjunto Residencial San José del Parque, al costado norte de Paloblanco, lo cual permitirá la continuidad y ampliación de la cobertura habitacional del sector occidental de Buga, para vivir felices, favoreciendo la unión, el civismo, la solidaridad y la hermandad vecinal que debemos proteger y conservar para el bien común.
Para los fundadores de Paloblanco, para sus familias y para quienes llegaron después, reciban durante estos 52 años de vida cívica y social, mi saludo cordial y un abrazo de hermandad vecinal. 
¡FELIZ CUMPLEAÑOS BARRIO PALOBLANCO!

En las urnas: El “No” hizo retroceder el proceso para lograr la paz entre los colombianos

Por Migdonio Dediego Moreno

Qué lástima, con el irreflexivo “No” se dilató el proceso para lograr que en Colombia hubiese menos muertos, menos viudas y menos huérfanos, como producto de la guerra fratricida que ha inundado de sangre, dolor y llanto a propios y visitantes en nuestro país.
Se ha procurado preservar las vidas humanas; pero, desafortunadamente para muchos, es mejor la Cárcel y el valor del dólar, al lado de los intereses politiqueros y materiales que cierran los caminos de la redención social, a través de la creación de fantasmas irreales para asustar a la población que vive desinformada de la verdad.
Se ha obstruido el camino de la reconciliación que nos permitiría una vida ausente de las ataduras de la guerra, afortunadamente, las FARC están sostenidos en la palabra de: No volver al monte y cumplir el cese bilateral al conflicto armado, a fin de poder renegociar los Acuerdos de La Habana, y firmados, en pro de lograr los primeros cimientos para edificar la paz entre los dispersos hijos de Colombia que no adoptan una identidad de criterios para alcanzar la reconciliación nacional en pro del bienestar de los colombianos.
Ahora ha quedado en suspenso el desarraigo de la guerra para las presentes y futuras generaciones, en quienes debe ser desaparecida la ignominia de la cultura de vivir en medio del desangre humano.  No se ha querido usar, por algunos colombianos, el sentido común ni la lógica para proteger la vida de los colombianos de los sectores rurales y urbanos que anhelan vivir en paz, ausentes del fragor de las balas asesinas.  La neura obstinada de algunos, ha frenado cuanto, en el tiempo, había podido adelantarse para lograr una mejor convivencia y acertadas relaciones entre los colombianos, a fin de respetar las vidas y el derecho ajeno.
Algunos dicen: Estoy de acuerdo con que en Colombia haya paz; pero, al unísono, cierran los espacios para mantener la ubicación de la digna y sana convivencia entre los humanos.  Decían los latinos: Ser o no ser; lo cual debe permanecer ausente de la ambivalencia de la doble moral, alimentada por espejismos y artificios fastasmagóricos que se comen el cerebro de los no informados, escasos y mezquinos de conocimientos para proceder en beneficio del equilibrio y funcionamiento de la paz, a fin de evitar más desastres y muertos en Colombia.
Hasta ahora, se ve perdida la oportunidad histórica que tuvimos para saborear y mantener altiva la esencia de una paz estable y duradera; pudieron más los prejuicios callejeros y los irreales fantasmas, creadores de terror, para perturbar el camino que podía consolidar los beneficios emanados de una verdadera reconciliación, perdón y humana convivencia social entre los colombianos; ahora, amanecerá y veremos.
Buscando Tercer Mandato Presidencial, esperemos Constituyente Nacional.

El horror de la guerra!

Por Migdonio 
Dediego Moreno

La cultura de vivir en guerra ha conllevado a la pérdida de la sensibilidad humana, en un alto grado o porcentaje de los colombianos que subvaloran la esencia y los alcances de los acuerdos que conducen a lograr y mantener la paz, para vivir mejor en todo el ámbito nacional.
No debemos retroceder ni dejarnos arrastrar por espejismos que inducen a mantener los estados de odio y la guerra fratricida que obnubila la mente humana, cerrando los cerebros para negar la realidad que no puede permitir menos muertos, menos viudas y huérfanos en el seno de los hogares colombianos; no más guerra; vivamos en paz.
En el plebiscito del 02 de octubre de 2016, se debe votar sí, a fin de frenar la guerra y las muertes que dejan dolor, llanto y pérdidas irreparables, debido a la incomprensión humana que mancilla los derechos y las vidas ajenas.
Necesitamos que el equilibrio mental de los colombianos permita construir caminos de paz para las presentes y futuras generaciones que desean transitar sin la dificultad de la guerra que nos ha causado demasiado daño.
Los acuerdos pactados en la Habana Cuba, constituyen una salida para terminar con la maldad que se había enquistado en los actores de las Farc-Ep, quienes dejarán las armas para integrarse al seno útil de la sociedad, abrazando la esencia de la paz que los colombianos deseamos disfrutar, para vivir mejor en los marcos de la civilidad nacional.
Es necesario que los colombianos participemos positivamente, porque si votamos NO en el Plebiscito, le estamos ordenando a las Farc-Ep que se vayan para el monte y sigan cometiendo desafueros contra la vida y los derechos de los colombianos.
Ahora, reflexionemos y adoptemos decisiones de participación tendiente a menguar las muertes y atropellos que durante más de 50 años golpearon la estructura vital de Colombia.
Ya es hora de saborear la esencia, beneficios y efectos de la paz que conseguiremos si actuamos con equilibrio mental.
Votando SI en el próximo Plebiscito, buscamos cambiar las reglas irregulares del conflicto armado, así lograremos un mejoramiento en las condiciones de vida de todos los hijos de Colombia, para que nuestra patria no siga bañada en sangre ni afligida por los azotes de la incomprensión sociopolítica nacional.
Se requiere ahora que nos unamos con ferviente hermandad para cristalizar en las urnas electorales, los fundamentales esfuerzos del Gobierno Nacional para construir y proteger los caminos que conducen a cimentar y disfrutar la vigencia de una paz estable y duradera que fortalecerá los valores y derechos sociales de los hijos de Colombia que anhelamos vivir fortalecidos por el respeto mutuo y la dignidad.

¿Cuándo habrá paz en Colombia?

Por: Migdonio Dediego Moreno

Los colombianos gozaremos de paz y armonía social: cuando los padres de familia procuremos criar hijos colmados de buenos principios y valores sustantivos para actuar con rectitud, probidad, tolerancia, respeto ante el derecho ajeno, solidaridad y humanismo; porque, mientras el ser humano no obre con equilibrio mental y espíritu sosegado, jamás encontraremos ni disfrutaremos de la anhelada paz que muchos colombianos deseamos abrazar.
Por la mala crianza y desatinada formación de los hijos: En Colombia se ha quebrantado el orden y la bella libertad en el seno de mayoría de los hogares; por esto, se ha prostituido la célula fundamental de la sociedad (La Familia); pues, una cosa es la formación académica y muy distinta es la formación de hogar, la cual es fundamental para que la académica pueda funcionar de manera útil y efectiva en pro de la sociedad para alcanzar el bien común y gozar de bienestar.
Analizamos que: los Acuerdos de La Habana, son buenos y necesarios para que en Colombia haya menos muertos, menos huérfanos y viudas, dolor y llanto, así, es necesario el cese al fuego; es decir, termina con los disparos del gatillo fratricida, a fin de lograr una mejor comprensión en las áreas y sectores del territorio nacional para llevar una vida digna entre los hijos de la misma patria.
Jamás habrá paz en Colombia si desde los hogares, familias, oficinas, colegios, universidades, empresas, instituciones públicas y privadas, Estrados Judiciales, etc., no obramos con respeto, orden y equilibrio mental para no vulnerar los derechos del contrario y detener la tiranía que emerge de la mala formación del alma humana que mancilla libertades y derechos ajenos, creando así los focos de guerra que injustamente sofocan el alma humana, para matar a los colombianos.
Con equilibrio mental y actitudes coherentes: habrá paz en Colombia; no solo las FARC construyen la guerra; por favor, reflexionemos y formemos mejores hijos para que podamos tener una Colombia sabia, próspera y segura.  Necesitamos padres de familia bien formados para educar desde la cuna, a los hijos, y no confundir la bella libertad con el libertinaje; debemos dirigir bien para que podamos gozar de paz y equilibrio en el camino de nuestra vida cotidiana.
Obrando atinadamente, con respeto y tolerancia podemos mantener los marcos de la autoridad y lograremos el triunfo de la paz; así, acabaremos con los Timochenkos en Colombia para la efectiva Seguridad Nacional.  Desde los hogares colombianos construyamos Líderes Emprendedores, forjadores del bienestar humano para que tengamos paz.  A la formación académica, unámosle los principios y valores del hogar para forjar ciudadanos edificadores de paz; de lo contrario, nos tocará llorar, al perder Vida y Libertad.

El mal genio hace perder la cabeza de algunos mandatarios en Colombia

Migdonio Dediego Moreno

En algunas instituciones y empresas de Colombia, hay jefes que deben desligarse del mal genio que a veces los conduce a ser irrespetuosos contra sus subalternos, creando una desarmonía laboral, la cual no debería florecer para que reine la paz que todos anhelamos, con óptimos resultados en pro del equilibrio institucional y empresarial.
La educación, la buena formación en principios y valores hogareños, el buen trato interpersonal, el orden y la disciplina, deben mantenerse para que brille la libertad y las buenas maneras en la vida laboral institucional, en familias y comunidades humanas en general.  Hay subalternos que en ocasiones cometen involuntarias u equívocas actuaciones, las cuales no son analizadas y recibidas con el debido tino que algunos jefes pudieran ofrecerles; pero, éstos, a veces se llenan de suprema arrogancia y poder, que los conduce a exhibir en público a sus subalternos y dependientes administrativos; son jefes, que debido a actitudes minúsculas del subalterno, la neura les obnubila el cerebro y les hace desorientar la cabeza para desconocer y maltratar al débil.
En los seres humanos, la formación académica y profesional difiere de la formación en principios y valores hogareños, los cuales son esenciales para hacer uso de las buenas maneras, el don de gentes, el decoro y la cortesía que debe hacer gala en el buen ciudadano que actúa sin máscaras ni caretas sociales para tratar con respeto y sin mal genio a sus congéneres, así provengan del área del aseo doméstico familiar.  A veces, el descontrol emocional permite o hace perder la razón, desarticulando cuanto ya estaba ordenado para el progreso y el bienestar de todos los colombianos; “el que se domina a sí mismo, dominará al mundo”; pero, en ocasiones, tiene más poder la prepotencia, el folclorismo y la neura hirsuta para opacar el subalterno institucional.
Con procedimientos sensibles y humanizados se debe corregir esa aberrante actitud desaforada que reiterativamente, algunos jefes, utilizan para hacer avergonzar a diversos subalternos que merecen recibir la comprensión de sus jefes, a fin de que todos puedan saborear los agradables efectos de la paz y la armonía social y laboral.
Es bueno tener poder; pero éste no se debe utilizar para hacer florecer la sanción, la humillación, el constreñimiento o irrespetar el derecho ajeno, castigando sin tener en cuenta situación y ambiente previo del que se considera infractor.  El poder debe ser para corregir, en derecho, aliviar, ayudar, proteger, restablecer, educar, mejorar, valorar, dignificar, darle la mano al de abajo, dimensionar las condiciones del estado y sus comunidades, siendo útil ante los errores y fragilidades humanas. Unamuno dijo: “Entre más conozco al hombre, más quiero a mi perro”.  Interiorizándonos, podemos reflexionar para respetar.

El Derecho y el deber no pueden divorciarse en el trato social

Por Migdonio Dediego Moreno

A diario observamos que en los barrios, los habitantes exigen derechos a través de la construcción de obras y otros beneficios y garantías sociales; pero, un 90% de la gente de los barrios, no participa en los menesteres necesarios para obtener el desarrollo y progreso de su propia comunidad; son personas que sólo esperan que otros gestionen y trabajen, luego ellos parasitariamente se aprovechan y gozan con los frutos obtenidos mediante el trabajo ajeno.
En un barrio todos tienen el deber de participar y colaborar activamente, de diversas maneras parar lograr con responsabilidad y compromiso, todo cuanto sea necesario en pro de la satisfacción del bien común; ya que así como se exigen derechos, se debe tener el criterio ciudadano para cumplir atinadas obligaciones en beneficio del barrio y su gente, buscando que reine la convivencia familiar y comunitaria en pro de la paz que los colombianos necesitamos.
El derecho nos permite adquirir, tener, ser dueños de muchas cosas; pero, el deber nos conduce a no ser ajenos ante el cumplimiento de actuaciones y obligaciones respecto a las necesidades de los barrios y su gente, buscándoles prontas y oportunas soluciones que permitan disfrutar una vida colmada de amplias garantías y mejoramiento social en los barrios del ente territorial, los cuales, en su mayoría, permanecen despreciados por sus propios habitantes; personas éstas que a diario piden y critican, pero “no rajan la leña ni prestan el hacha”, en beneficio del progreso de su barrio.
Unidos y en equipo debemos participar con voluntad y compromiso solidario para lograr el bien común.  Debe decirse, ¿por qué no hemos hecho?; jamás diga: ¿por qué no han hecho tal o cual cosa?; la obligación le corresponde a todos los del barrio; no es un deber de determinadas personas que deben trabajar y hacer las cosas, cansándose de diversas maneras para que “los vivos” ingratos gocen y sean felices mediante el trabajo y el sudor de otros.
Por favor, usted no se aísle ni sea indiferente ante el llamado y los acontecimientos para buscarle solución a los problemas que afectan a la gente de su barrio y a usted mismo.  De una u otra manera, usted debe participar para ayudar a lograr las soluciones en pro de la humana comunidad que se halla transida de esperanza; no se haga el de “la vista gorda”; ya que lo propio (el barrio) hay que protegerlo, quererlo y defender sus intereses y necesidades vitales, para bien de todos; usted debe dejar de ser egoísta e indiferente ante los problemas que vienen afectando a su barrio o lugar en donde tiene algún negocio o afecto, en particular; por favor, use la cabeza, es decir, la inteligencia y sea persona útil para ayudar a conquistar el progreso de su barrio y la prosperidad de su gente. 

Los nuevos dignatarios de Acción Comunal deben impulsar un claro estilo de trabajo para recibir apoyo barrial

Por Migdonio Dediego Moreno

Comunalmente hablando, los barrios a partir del primero de julio de 2016, deben salir de la rutina arcaica mediante un nuevo estilo de trabajo que sea dinámico, eficiente y progresista para mejorar las condiciones de vida en los sectores urbanos y rurales del ente territorial municipal, en donde se debe laborar con lealtad y compromiso, haciendo gestiones plausibles para el bien común.
A los barrios, corregimientos y veredas de Buga, es imperativo darles las mejores motivaciones con un liderazgo que haga sonreír, avanzando con paso firme para unificar las voluntades y criterios a fin de emprender la ruta promisoria que le permita resultados positivos a la Acción Comunal y, al final, agradables beneficios para las comunidades humanas del sector territorial.  Se debe desterrar la pereza mental que algunos aplican para frenar y cerrar el camino de la redención social y las obras que se deben gestionar y ejecutar.
Con inteligencia y sana vocación de servicio, es posible lograr las soluciones requeridas a fin de aliviar las afectaciones que padecen nuestros barrios, corregimientos y veredas municipales, en donde no se debe dejar morir la esperanza ni las oportunidades para cimentar los valores que protejan los derechos y anhelos de bienestar de nuestros conciudadanos para gozar de una vida digna.
Unas comunidades humanas barriales sin dinámicos dignatarios, se asemejan a una empresa sin gerente.  Las comunidades deben asemejarse a un navío en altamar, en el cual todos los tripulantes deben remar y ayudar a mantener la dirección del timón para poder llevar el barco a puerto seguro, logrando así los anhelos del bien común.
Es necesario actuar mancomunadamente para restablecer los derechos y valores esenciales de los sectores territoriales donde vivimos, soñamos y descansamos, o donde tenemos algún negocio o afecto en particular, a fin de no permanecer como si fuéramos un carro sin gasolina; por esto, se debe trabajar unidos, buscando el progreso y el bienestar de las comunidades que requieren sonreír y vivir mejor, abrazando los senderos de la paz con atinada libertad.
El presente comunitario necesita hombres y mujeres dinámicos para hacer florecer los anhelos colectivos, mediante soluciones ciertas, avaladas por la voluntad política y administrativa de los mandatarios atinentes a los tres niveles jerárquicos de los entes territoriales de Colombia.
Ante los esfuerzos y trabajos políticos del ayer, se requieren actos de reciprocidad en pro de las humanas y barriales comunidades, las cuales siguen pendientes para recibir hechos positivos de emprendimiento que produzcan confianza, credibilidad y animación en beneficio del desarrollo y progreso que no se debe marchitar.  Dios está con todos los nuevos dignatarios comunales, no lo dejen distanciar; Dios es luz, bondad y esperanza cierta para alcanzar bienestar y paz.

Los barrios del sector occidental de Buga están necesitando padrinos

Por: Migdonio Dediego Moreno
Ex – Concejal de Buga – Valle

Sin padrinos, el Cura jamás bautizará al hijo del vecino; por esto, los cuatro barrios del sector occidental de Buga, tal como son: Paloblanco, Albores de San Juanito, Valle Real y San José de las Palmas, con urgencia requieren padrinos gubernamentales a nivel local, departamental y nacional, para canalizar recursos presupuestales que permitan ejecutar las obras de mitigación vehicular para ingreso y salida del sector barrial, el cual merece una digna atención para pavimentar el callejón de la 16, permitiendo así una decorosa entrada a los precitados barrios; además, se requiere iniciar los trabajos de prolongación de la carrera 24, a partir de  la Acequia Tiacuante, hasta unirla con el puente elevado que permite acceso al Terminal de Transportes de Buga; se trata de un corredor de doble carril para vehículos livianos, adyacente a la doble calzada Buga – Tuluá, lo cual permitirá descongestionar el puente elevado de la calle 16, a la entrada del barrio Paloblanco.
Lo pertinente a la  prolongación de la citada carrera 24 ya fue aprobado por el H.  Concejo Municipal de Buga; además, ya la administración municipal, hizo elaborar el Proyector Topográfico para alcanzar los fines sentidos por los moradores de los barrios del sector occidental de Buga. Ahora, se están requiriendo padrinos de compromiso, con manos amigas y voluntad política y administrativa, para gestionar y direccionar los recursos económicos, dables y posibles, para realizar la mencionada obra que servirá para tener otra salida vehicular y proporcionarle amplia seguridad vial a la existencia de los habitantes de los barrios ya citados.
No cesaremos en seguir impulsando el mencionado propósito vehicular, el cual contribuirá al desarrollo de infraestructura municipal, ya que sobre el costado occidental de Buga, hay la loable intención para construir, al occidente, el Parque Temático Religioso, propicio en beneficio de la feligresía local, regional y nacional, cimentando al desarrollo que nuestra ciudad del Cristo Milagroso viene piloteando para el sosiego y la conducción de una vida de mejores garantías sociales que nos pueda proteger.
Los cuatro barrios acantonados en el sector occidental de Buga tienen un potencial electoral apto para votar, que asciende a más de cinco mil electores que robustecen las aspiraciones de triunfo político de diversos candidatos para engrosar las Corporaciones Públicas de todos los niveles del Estado Colombiano; servidores estos a quienes se les extiende el llamado y el urgente clamor para que recíprocamente atiendan compromisariamente las querencias y necesidades de la gente y sus barrios que ayer los  respaldó en pro de lograr el poder que debe aliviar las afugias del bien común en los barrios que fueron leales ante las exigencias electorales.
Nuestros barrios y su gente quedan pendientes de los padrinos, para que el Cura pueda bautizar al hijo del vecino.

Vamos a la Casa de Justicia de Buga

Por Migdonio Dediego Moreno
Ex – Concejal de Buga – Valle

Con plena confianza se puede acudir a la Casa de Justicia de Buga, a fin de beneficiarse de los servicios que allá se prestan en pro de la resolución de conflictos en equidad, para lograr acuerdos interpartes que permitan para el disfrute de una vida sana en familias y comunidades vecinales, urbanas y rurales, para forjar la paz que todos anhelamos.
Se trata de un centro institucional bien dotado con profesionales y otros debidamente capacitados para atender y ayudar a resolver las inquietudes y conflictos presentados por la ciudadanía.  La Casa de Justicia está situada en la calle 30 con careras 13 y 14 de Buga, lugar a donde deben acudir los ciudadanos para presentar sus requerimientos y así poder recibir el apoyo que sea menester en pro de la solución del conflicto imperante.  La Casa de Justicia es una institución que sirve como fuente propicia para llegar a acuerdos mediante la conciliación, a fin de darle solución a muchos casos mediante una clara visión y misión para proteger y restablecer los derechos ciudadanos en la convivencia vecinal y familiar, lo cual prolonga el orden de la existencia humana para vivir mejor.
En la Casa de Justicia de Buga se cumplen unos objetivos y una misión social y humana muy solidaria, encaminada a ampliar la cobertura de la Administración de Justicia, ofreciéndole a la ciudadanía y comunidades de Buga espacios integrales de acción para la defensa de sus derechos.  A la Casa de Justicia, a través de sus funcionarios, le corresponde establecer espacios de participación y pedagogía ciudadana para contribuir a la construcción de una sana convivencia, haciendo buen uso de los mecanismos alternativos de solución de conflictos en equidad mediante la conciliación; además, se articulan las políticas de justicia con los programas de desarrollo comunitario, a fin de lograr el bienestar social y común de los habitantes de nuestro ente territorial.
Mediante figuras no formales, se interactúa con las comunidades para promover un enfoque institucional que permita ampliar  la oferta de justicia para movilizar la convivencia pacífica que conlleve a la solución de conflictos y desacuerdos intrafamiliares y vecinales para que las diferencias no trasciendan a los Estrados Judiciales.
Por este medio se le extiende cordial invitación a la gente de Buga en general, para que vayan a la Casa de Justicia, a fin de que puedan recibir allá una atención amable que permitirá resolver sus inquietudes y problemas.  Ahora se goza de los servicios externos de Javier Felipe Arce, William Castrillón, Jairo Narváez y Migdonio Dediego Moreno, quienes difunden la gestión funcional.

La Región Guajira sufre la iniquidad forjada por laindiferencia estatal

En recursos naturales, la Región Guajira es tan rica, tal como lo es el conjunto territorial colombiano; país nuestro que es mil veces más rico que Europa; pero, en diversas regiones de nuestra nacionalidad se vive al estilo los “los ricos pobres” y sumidos en el marco de la desigualdad social emitida por la ilógica deshumanización, la insolidaridad, la indiferencia y la desatención emanada de parte de los obnubilados dirigentes de los entes territoriales, quienes han venido manejando muy mal el liderazgo, lo cual no les permite avizorar los canales ni las rutas promisorias para proteger y alinderar las áreas que sirvan para oxigenar el bien común en beneficio de la prosperidad de los pueblos que se hallan abrazados por las indolentes omisiones del Estado que ostenta a algunos parlamentarios que no se preocupan, a cabalidad, por la región que los vio nacer y les dio algo de formación, a fin de no caer en el océano de la ingratitud.
¿Será por la condición étnica o por desprecio a los débiles de la Región Guajira, que no se les tiene en debida cuenta para darle solución a los problemas y necesidades territoriales?; ¿por qué no se les ha prestado la debida atención?. En la Guajira hay niños que sufren el flagelo de la deshumanizada desigualdad social, la cual conlleva a que esos niños estén desnutridos y se estén muriendo por inanición prodigada por una supina desconsideración estatal; son humanos desatendidos por la solidaridad que deberían recibir de parte de quienes gobiernan y dirigen los diversos entes territoriales de Colombia; un país noble y colmado de amplias fuentes de riquezas naturales, muy propicias para renovar y aquilatar el bienestar de la población Guajira, hoy acorralada y sin garantías reales para subsistir, llevando una vida digna, en medio de la flagrante iniquidad.
Hambre y sed invaden dicha población, cuyos clamores humanos siguen sin ser escuchados y atendidos por los cerebros inteligentes que dirigen al Estado colombiano.  Por televisión se ha observado el estado de ruina que expresa el territorio guajiro, lugar en donde no se ve una vivienda digna con agua potable, alcantarillado y condiciones de vida ejemplar y saludable; sólo se observa un rancherío en áreas desérticas que producen estados de grima.
¿Cuándo será construida una PTAR en la Región Guajira?; ¿cuándo habrá alimentación balanceada y nutritiva para proteger las células del pueblo guajiro?; ¿cuándo los guajiros recibirán la debida atención para educarse y capacitarse en pro del adecuado desarrollo de su región?, ¿en dónde ha estado el grupo de representantes y senadores guajiros del Congreso Nacional?; ¿por qué no se le ha buscado rápidas soluciones concretas al flagelo social que vive la Guajira colombiana?... se esperan soluciones.

En Paloblanco el callejón de la 16 necesita ser asfaltado

Por Migdonio Dediego Moreno

Se está llenando la copa del sentimiento pacifista de los habitantes de Paloblanco, Valle Real y San José de la Palmas; barrios del sector occidental de Buga, lugar donde está inmerso el denominado callejón de la 16, sitio por donde entran y salen los pesados carros cañeros de los ingenios azucareros; se trata de unos vehículos de alto cilindraje para cargar extensas toneladas de caña, y en dicho callejón, levantan nubes de polvo que penetra en las viviendas aledañas, ocasionalmente en los ojos de algunos residentes de los precitados barrios; vecinos que también han sufrido afectaciones en sus vías respiratorias, lo cual conlleva a realizar gastos económicos ocasionados por los daños atinentes al polvo que levantan los enunciados vehículos, que también emiten, durante las madrugadas, ruidos estridentes que perturban la audición de las personas adyacentes.
Periódicamente se ha dado a conocer la perturbación causada por los citados carros cañeros, sin que alguien haya respondido al clamor para adoptar los medios y soluciones propicias de beneficios interpartes, tendientes a evitar choques desagradables con los habitantes del sector barrial.
Los afectados habitantes barriales están a punto de tomarse el indicado callejón, para impedir el ingreso y salida de los ya enunciados pesados vehículos.  Dicho callejón necesita ser asfaltado, dándole condición digna y saludable que proteja la salud, la vida y el medio ambiente, para los vecinos y transeúntes de todo orden.
Por las urbanizaciones adyacentes, dicho callejón dejó de ser rural y adquirió su condición urbana, quedando inmerso en el POT municipal de Buga, por lo cual, así por lógica elemental, los citados carros cañeros, deben realizar sus operatividades laborales por otros caminos; puede ser, por detrás de la Cárcel Distrital de Buga, luego ingresar a la carretera doble calzada para seguir su destino final; esa es la forma para respetar el derecho ajeno y terminar con los perturbadores inconvenientes del presente.
Con urgencia se requiere que los funcionarios municipales de Buga, atinentes al caso planteado, se apresten con voluntad administrativa para ayudar a darle la debida y pronta solución al flagelo originado en contra de los habitantes adyacentes al precitado callejón, el cual debe acondicionarse en pro del bienestar de la gente que se afecta en los barrios ya indicados, los cuales merecen un trato mejor.
Si se aplica voluntad política y administrativa, unida a la comprensión humanitaria y solidaria de los ingenios azucareros, en coordinación con Asocañas, se podrá superar la anómala situación reinante que afecta a la gente de los barrios del sector occidental de Buga, quienes merecen respeto y el goce de una vida saludable y digna.

Sin razón se subvalora al ser humano

Por Migdonio Dediego Moreno

Desafortunadamente, algunos hogares colombianos han quebrantado y desestabilizado los principios y los valores familiares, la hermandad, solidaridad, civismo, fraternidad y el sentido de pertenencia; necesarios estos para crear y mantener abiertos los canales que conducen al buen manejo de la paz, la cual se ha hecho esquiva debido a las irracionales actitudes de los malcriados colombianos, quienes agreden los marcos, principios y senderos de la convivencia humana y lanzan al ser a las compuertas del sufrimiento y la infelicidad social; factores estos construidos de la guerra y el maltrato vivido en campos y ciudades de nuestra nacionalidad.
La subvaloración que los hogares y el Estado gubernamental le proporcionan al ser humano, suplantado por el tener, ha creado el quebrantamiento de la paz, construyendo la desigualdad social que distancia el goce del equilibrio familiar y social que debe producir la paz, la cual florecería si desde la cuna se le diera la debida importancia al ser humano, a fin de hacerlo persona útil, forjadora del desarrollo y progreso social para el bienestar común, dejando así de ejecutar la guerra que constriñe a los hijos de una misma nacionalidad.
Tal como sucede en algunos sitios de Colombia, observamos que en Buga se ha radicalizado la cría de perros, bien amamantados en hogares humanos, a diferencia de la buena formación que deberían impartirle al ser humano, a quien, algunos padres subvaloran; pero, sí dignifican al irracional perro; esa subvaloración ha ocasionado que el ser humano se resienta y se degenere y cotidianamente atente contra el derecho y la vida ajena, obstaculizando los caminos y los afectos para alcanzar la paz fraterna que anhelamos disfrutar, unidos en los núcleos familiares y sociedad en general para vivir mejor en los espacios de la pluralidad nacional.
Teniendo en cuenta los diversos recursos naturales que posee Colombia, ésta es mil veces más rica que Europa; pero aquí hay lugares humanos que sufren la pobreza extrema, porque las superlativas tasas de interés para el impropio individualista crecimiento económico, han marchitado y evadido los derechos y las garantías sociales de los colombianos; por esto, en la Guajira no hay un vaso de agua para calmar la sed, no obstante la diversidad de fuentes acuíferas que tiene Colombia para abastecer el fomento de la paz.
Es necesario, antes que al tener, valorar y acreditar al ser humano para poder lograr la paz que deseamos en pro de la pacífica convivencia social.
Con urgencia, Colombia necesita una gobernabilidad que ejerza funciones públicas con liderazgo humano, solidario y sentido de pertenencia que valore y fortalezca al ser humano y los diversos recursos naturales que tenemos para vivir mejor, si se cambia la manera de gobernar y criar los hijos.

El furor de la movilidad y el vertiginoso aumento poblacional en Buga

Por Migdonio Dediego Moreno

Es cierto que cada día tiene su razón de ser; pero las actitudes humanas no deben realizarse de manera desenfrenada, sino con razonamiento lógico y equilibrado, a fin de no cometer desafueros que traerán graves consecuencias al infractor de las libertades y los derechos individuales ajenos.
En el casco urbano de Buga se observa que un alto porcentaje de conductores de vehículos automotores, hacen acelerar demasiado el metraje de la movilidad vehicular cotidiana, en compatibilidad con el galopante crecimiento poblacional que ha hecho expandir la construcción de viviendas y barrios citadinos para abrigar a las humanas familias mediante las cuales ha crecido el área urbana de Buga para vivir de manera ejemplar, haciendo buen uso de la dignidad vecinal, la cual debemos aquilatar cada día, preservándola en beneficio del respeto interbarrial y la seguridad poblacional que se debe disfrutar en toda el área municipal.
El influyente y marcado aceleramiento vehicular, inducido por algunos desajustados conductores, hoy tiene a diversas personas en sillas de ruedas, otros han ido a terminar en el cementerio, dejando orfandad y viudas expuestos a la solidaridad ciudadana para poder subsistir.  Con urgencia se requiere que esos desequilibrados conductores, gerentes del timón, usen la cabeza y el cerebro con aplomo, a fin de respetar el derecho ajeno y evitar dolores, llantos, holocaustos y orfandades en hogares y familias de nuestra humana sociedad.  Se necesita que los conductores de motos y otros vehículos reflexionen, a fin de hacerle una reingeniería a su cerebro, dándole el debido equilibrio para manejar con prudencia y menos velocidad que permita evitar choques y accidentes.
En Buga, habida cuenta de la ordinaria y desenfrenada movilidad vehicular, sale usted a visitar al Señor de los Milagros, pero sin querer, en la esquina de una calle se encuentra con el diablo o el duende, sin necesitarlos, lo cual hace cambiar negativamente la dirección del destino que usted iba a cumplir.
Para el orden catastral, educacional y de planeación municipal, se necesita que en Buga se haga ya un Censo de Población; esta ciudad se ha expandido hacia todos los puntos cardinales con nuevos barrios que han traído aumento de la población municipal; pero, en los círculos gubernamentales todavía siguen usando el número poblacional de Buga atinente al año 2001, es decir, una población de 140.000 habitantes; negando el crecimiento actual, el cual debe estar por encima de los 160.000 habitantes que han hecho desequilibrar la movilidad vehicular y el cerebro de diversos conductores en nuestra ciudad del Cristo Milagroso, la cual debemos respetar para que su gente pueda vivir más y en mejores condiciones sociales de familias y vecindad en general.
Por Buga y la prosperidad de su gente, todos debemos colaborar

En algunas ciudades de Colombia, los Guardas de Tránsito sólo salen a sancionar, dejando de hacer lo fundamental

Por: Migdonio Dediego Moreno

En honor a la verdad, no sé si en Buga esté pasando los mismo; pero, al trasegar por algunas ciudades de Colombia, donde los Guardas de Tránsito son quienes coordinan la movilidad vehicular local, se ha observado que algunos guardas afanosos se esmeran para sancionar a conductores que cometen leves infracciones de tránsito; son guardas que ante una irregularidad no acuden para orientar, advertir y educar con metodología humanizada y sociable para que el infractor reflexione y no vuelva a cometer el leve error; pero, la única alternativa, para el Guarda de Tránsito, está cifrada en sancionar, muy imbuido de poder, pero con un cerebro deshumanizado, insolidario y desocializado, donde lo importante es afligir al conductor infractor; marco este en donde no es aplicable lógica consideración, explicación ni inducción para evitar las equivocaciones, imperfecciones y errores, propios de todos los seres humanos.
La clasista mentalidad de algunos Guardas de Tránsito en Colombia, sólo está dirigida a sancionar para mostrar así su grandeza de poder; pero el ser humano solo edifica su grandeza cuando es útil y sirve con dignidad ante los clamores y afugias de los humanos congéneres; jamás siendo verdugos ni humillando al semejante.
Esa aberrante actitud de algunos guardas, ignorada o consentida por algunos Secretarios de Tránsito, se debe corregir a través de sensibles y humanizados procedimientos que a la postre eviten y disminuyan las equivocaciones interpartes, logrando comprensión para construir senderos que conduzcan a sentir y saborear los agradables efectos de la paz que todos anhelamos en el ámbito familiar y social en general.
Es bueno tener poder, pero éste no se debe utilizar para humillar, golpear, vengarse, afligir, constreñir, irrespetar el derecho ajeno ni causar daños; el poder debe ser para proteger, ayudar, educar, corregir, valorar, dignificar, aliviar, mejorar y dimensionar las condiciones del Estado y sus humanas comunidades.  Desafortunadamente, el ser humano usa el poder para sancionar, castigar y desconocer derechos, en momentos cuando debería ser útil y proteger las fragilidades y leves errores humanos.
El ser humano ocasionalmente es afectado por una malísima tendencia que lo conduce a ser interesado, ingrato y perverso, durante cotidianas actuaciones, cuando debiera ser respetuoso, generoso y altruista para no sancionar algunos minúsculos errores humanos.
Al observar algunas ilógicas actuaciones humanas, Unamuno dijo: “Entre más conozco al hombre, más quiero a mi perro”; así, hemos visto que el perro no muerde a su amo; mientras que el ser humano si golpea, sanciona o mata a su hermano, usando plena conciencia.
Debemos aprender a trabajar manejando bien los hilos de la cadena humana, sin genuflexión, para ser eficaces servidores públicos y recibir los aplausos ciudadanos, por ser útil al bien general de la humana sociedad. 

Unidos podemos construir el futuro soñado por aquellos que vienen atrás

Por Migdonio Dediego Moreno
Ex – Concejal de Buga – Valle

En el marco social, a ustedes amigos lectores los necesitan las comunidades barriales para ayudar a trabajar y lograr obras para el bienestar común; es triste observar las actuaciones negativas del individualismo humano, que ha marchitado la unión ejercida años atrás, laborando con la minga y el convite para cimentar el desarrollo barrial y el progreso de las familias; ahora se ha anquilosado el entusiasmo, cerrando las puertas de la redención del bien común.
En algunos se infiltró el virus del egoísmo que marchitó el alma humana,  reduciéndola sólo a criticar, lamentándose de lo existente y del porvenir; pero nada hacen ni aportan para alcanzar senderos de superación para el bien común y compartir momentos de plácida hermandad social.
Con apatía se está dejando naufragar el fervor comunitario que nos puede conducir a la seguridad social para salvar la tripulación barrial que camina sólo por caminar, sin avizorar ni construir metas de promisión; así se le cierran los caminos a los niños y jóvenes, a quienes se les debe edificar condiciones óptimas de vida superior y sana para alcanzar su desarrollo individual y familiar.  
Estamos en el momento propicio para ayudar a construir el futuro promisorio que la HUMANA SOCIEDAD requiere para vivir en condiciones dignas; pero para lograr esto es necesario desterrar las actitudes egoístas y procurar ser personas solidarias que, sin aislarse, ayuden a la edificación del bien común; pero si alguien no desea colaborar para mejorar las cosas comunes en pro del humano bienestar, cállese y no denigre de lo poco o mucho que otros están haciendo.
La grandeza suya, amigo lector, se puede alcanzar cuando usted sea útil y sirva ante las necesidades y clamores del bien común; así usted no sepa leer ni escribir, si tiene positiva voluntad, puede participar y ayudar en la construcción de los eventos, diligencias y obras requeridas para el progreso de nuestra sociedad, barrios y veredas del Ente Territorial Municipal.
Ya es hora para que usted reflexione respecto a las negativas posturas y actuaciones suyas, las cuales lo frenan para no colaborar en beneficio del barrio o vereda en donde dormimos y descansamos, recuperando las energías para una vida que debe ser útil ante el bien común.
El civismo, la minga y el convite, hace medio siglo fueron factores determinantes, con acciones y trabajos de unión comunitaria para avanzar y construir progreso de ciudad y social; esto, marchitado hoy por el uso del individualismo que está destruyendo a las familias, las empresas y las comunidades.  Hoy, la tecnología nos ha traído avance formal y mejoramiento en general; pero ha conducido a la pereza y al desinterés para el bienestar de nuestros barrios, llevándonos al suicidio de los principios y valores humanos para ahogar el bien común.